viernes, 22 de mayo de 2015

Reflexiones sobre el Parto Respetado

Hace un par de años, con motivo de la celebración de la Semana Mundial del Parto Respetado, tuve el privilegio de que desde Crianza Natural, me invitasen a escribir sobre el tema para su página de Facebook. Os dejo aquí el texto que escribí para la ocasión.


Reflexiones sobre el Parto Respetado


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Cuándo alguien me pregunta qué es para mi el Parto respetado, siempre respondo lo mismo: Es el Parto que cada mujer, según sus deseos y circunstancias, quiera tener. No se trata de cumplir unos patrones determinados, ni tiene porqué ser un parto en casa o sin analgesia . Lo esencial es que la mujer tenga información seria y fiable , que sea la protagonista de su parto, que se sienta segura, empoderada y con capacidad de decidir lo mejor para ella y su hijo . Claro está, que hay prácticas que, por muy decidida que la mujer esté, quedan fuera de lugar . Ante todo debe primar seguridad y la salud de la madre y el bebé.

Para Tener un parto respetado es esencial una buena preparación durante el embarazo o incluso antes. Las mujeres, hemos perdido, en la actualidad, gran parte de la sabiduría ancestral sobre nuestra fisiología y sexualidad. El embarazo y el parto han pasado de ser un proceso íntimo y familiar a delegarse en instituciones sanitarias, a veces con excesivo control e instrumentalización. Esto hace que, algunas mujeres, vivan un proceso tan natural como algo patológico. Por eso, el primer paso sería recuperar la confianza en nuestros cuerpos y convencernos de que fisiológicamente estamos diseñadas para albergar vida y dar a luz. Millones de años de evolución lo avalan.

El estado psico emocional con el que llegamos al momento del parto es fundamental. El miedo, la inseguridad, el estrés, el ruido, una luz intensa, una mala palabra, o un mal acompañamiento , pueden llegar a afectar el coctel hormonal necesario para que el proceso se dé con naturalidad. Es por tanto imprescindible, que la mujer comience su preparación emocional durante el embarazo, trabajando sus dudas o inquietudes, descubriendo su potencial y decidiendo cómo quiere que sea su parto, de manera que, llegado el momento, su única ocupación sea desconectar del mundo racional para conectar con la parte mamífera e instintiva que todas llevamos dentro y que nos permite dar a luz a nuestras crías.

No quiero decir con todo esto que haya que dar a luz sin control sanitario. Pero si dejar a un lado las prácticas que científicamente se han demostrado contraproducentes, la excesiva medicalización e intervencionismo y promover partos fisiológicos en los que la mujer tenga libertad de movimientos, de elegir postura , analgesia, acompañante y que transcurran en un ambiente íntimo y con respeto a sus tiempos biológicos . Todo ello sin tener que renunciar a los avances científico-tecnológicos que , en un momento dado, puedan ser necesarios o requeridos por la mujer.

Tan importante como el parto, es el Postparto Respetado. El modo en que nacemos y somos recibidos, puede marcarnos de por vida. Imaginemos que llegamos a cualquier reunión o evento y nos tratan mal. ¿ Qué impresión tendremos del lugar y de las personas ¿. Lo mismo sucede con el recién nacido. Demos pues a nuestros hijos, la mejor de las bienvenidas de manera, que su primera impresión del mundo, sea amorosa y satisfactoria.

Teniendo en cuenta que el bebé viene de un entorno en el que ha estado nueve meses acompañado, alimentado y protegido, su principal necesidad será la de reproducir , en la medida de lo posible, las condiciones intrauterinas, lo que se conoce como exterogestación: contacto piel con piel el mayor tiempo posible, lactancia a demanda, oir los latidos del corazón de mamá , olerla y sentirla . Multitud de estudios demuestran los beneficios de estas prácticas a nivel neurofisiológico y emocional, tanto para la madre como para el bebé, que se hacen aún más necesarias en el caso de bebés prematuros , nacidos por cesárea o en partos traumáticos.

No quisiera terminar estas reflexiones, sin hablar de la importancia de tener un parto respetado en el caso de sufrir una pérdida gestacional. Si ya de por si una madre con su hijo en brazos, puede quedar traumatizada por un “mal parto “, no puedo ni imaginarme lo que debe sufrir una mujer que , además de perder a su hijo, tenga que pasar por un sinfín de intervenciones innecesarias y poco respetuosas con su fisiología y sus emociones. En estos casos, es imprescindible que la mujer sea informada de todas las opciones disponibles y dejarle su tiempo para asimilar y reflexionar sobre tan trágico acontecimiento, antes de tomar una decisión . Debemos acompañar desde el cariño y el respeto, sin juicios , ni opiniones. No olvidemos que esa mujer, sea cual sea su decisión o el tiempo de gestación, ya se sentía madre, su cuerpo se estaba preparando física y mentalmente para serlo, y va a tener que atravesar no solo un parto o intervención, sino un puerperio, con todas sus hormonas y emociones a flor de piel, pero sin la alegría de tener a su bebé en brazos. Por tanto, debemos respetar también estos momentos proporcionándole a la familia el apoyo, la comprensión y el entorno adecuados para que el proceso sea lo menos traumático posible y puedan despedir a su bebé en la intimidad , durante todo el tiempo que necesiten.

Afortunadamente, cada vez más mujeres demandan ser las dueñas y protagonistas absolutas de sus partos. Cada vez más medios de comunicación se hacen eco de estas demandas y más profesionales e instituciones nos escuchan y trabajan porque esto se convierta en una realidad a nivel global. Quién sabe, quizás dentro de algunos años ya no tenga sentido celebrar la Semana Mundial del Parto Respetado, tal y como lo hacemos ahora, a modo de reivindicación. Algo grande ha comenzado a moverse y las mujeres pedimos a gritos un cambio que ya se está produciendo. Yo no pierdo la esperanza de que así sea.

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